Una larga tradición ligada a Sevilla

Sin duda, la Confitería La Campana, es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Podríamos decir, a modo anecdótico, que hay muchos sevillanos que toman La Campana como centro de la ciudad.

Quién no se ha parado nunca a mirar por sus cristaleras, ver esas filas de nazarenos de dulces tan típicos de Semana Santa. Nosotros llevaríamos a un notario, para dar fe de que es uno de los escaparates más apetecibles del mundo.

Escaparate

Historia de la Confitería La Campana

Lo más destacable dentro de la historia de la Confitería La Campana es, que siguen trabajando de forma artesana sus productos, desde que se fundó allá en 1.885, año en que Leopoldo Alas Clarín escribió La Regenta.

Todas sus especialidades y pasteles tradicionales, como los cortadillos de cidra, las yemas sevillanas,  las lenguas de almendra, lo piononos, las milhojas de turrón… se hacen a diario en su obrador, de manos de sus artesanos. Un piso en la Plaza de Cuba habría que ponerle a cada uno… con piscina y plaza de garaje… 

Como nota curiosa, comentar que, en el primer contrato de alquiler que hubo, el propietario del local, se guardó el derecho de asistir a los balcones para ver los pasos de cofradías de la Semana Santa sevillana.

Se distingue de otros comercios por su estética, que nos remite a la Europa de los años 20, basado en su decoración, todo dentro del mismo estilo.

La natilla del conde es un producto estrella, que salió de las manos del Conde de La Natilla.

Dulces - Confitería La Campana

Dulces de Cuaresma de la Confitería La Campana.

Es imposible pensar en La Confitería La Campana sin sus dulces de Cuaresma, que acompañan al sentir del sevillano en la semana grande de la ciudad.

Torrijas, pestiños, nazarenos de dulce… tenemos la boca hecha agua..

Torrijas Confitería la Campana
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