Antiguamente, el barrio Santa Cruz era un barrio judío, donde estaba limitado por unas murallas, con tan solo tres entradas. Los accesos eran por la Puerta de la Carne u otra muy próxima a la Iglesia de San Nicolás y una última que daba a la calle Mesón del Moro. Durante su convivencia con los musulmanes, todo era paz y tranquilidad. Su prosperidad y riqueza en el barrio, hacía que tuvieran mucho poder, pero todo lo bueno se acaba.
Cuando llego la reconquista cristiana con Fernando III “El Santo”en el siglo XIII, comenzó la persecución de los judíos. Todo esto provocó una matanza en el barrio Santa Cruz en 1391, en la Plaza de las Cruces. Siguió con la Inquisión en Sevilla en el siglo XV, persiguiendo a los judíos y expulsándolos, matándolos o convirtiéndolos al cristianismo, aunque esta última causó mucha controversia. Algunos no creían en dicho cambio y siempre estaban en el punto de mira. Durante el siglo XVI, todas las zonas judías tomaron nombres cristianos, como el barrio Santa Cruz.